Actualmente son muchas las familias que se debaten entre llevar a sus mayores a una residencia o bien el cuidado a domicilio. Y es que la realidad es que el ritmo de vida actual nos obliga a buscar ayuda fuera del núcleo familiar, ya que las personas mayores necesitan atención y unos cuidados especiales y a nosotros nos falta tiempo.
Residencia vs cuidado a domicilio
Es una decisión dura y difícil. No siempre hay consenso familiar y genera tensiones, pero afortunadamente cada vez hay más modalidades: residencias, centros de día, estancias temporales y, quizá la opción más recomendable por los expertos, la asistencia a domicilio.
Hay que sentarse todos juntos, también con el abuelo, y valorar qué es lo mejor para todos, pero sobre todo para el mayor.
Aunque envejecer es un proceso natural e individual, también implica a toda la familia y, para ser francos, a toda la sociedad. Porque la calidad de un país se mide, entre otras cosas, por cómo trata a sus mayores.
Las ventajas del cuidado a domicilio
Según la fuente IMSERSO en su publicación de 2014, el 87% de las personas mayores quiere envejecer en su domicilio.
Los factores que influyen para que los ancianos se decanten por esta opción son porque de esta forma cuentan con una mayor autonomía. También, seguir viviendo en su hogar les genera una sensación de tranquilidad y de paz, además de satisfacción por saber que están en su casa.
Así mismo, también es cierto que muchas personas mayores no quieren que un cuidador acuda a su domicilio. Es decir, hay muchos tipos de resistencias al cuidado, pero lo que parece que es cierto, es que la mayoría quiere permanecer en su hogar contando con un cuidador de confianza.
No obstante, lamentablemente para nuestros mayores, sigue estando por encima la opción de ingresar en una residencia a contratar un cuidador. Pero, si que es cierto, que año tras año la contratación de cuidadores va aumentando. Siendo esta una buena noticia para las personas mayores que pueden envejecer en su domicilio y hacerlo de una forma autónoma y digna.
La asistencia a domicilio ha sido una opción demandada en España desde los años 70. Sin embargo, hasta finales de los años 90 no se encontró como una de las soluciones más solicitadas. Luego, a partir del año 2000 y tras el estallido de la crisis en 2008, esta modalidad sufrió un aumento. Y es que la demanda del servicio de ayuda a domicilio ha alcanzado a la demanda de las residencias.
Esto ha sido en parte por la situación económica de las familias, las peticiones de las personas mayores y la apuesta por la profesionalización de los cuidadores.
A continuación, la Agencia Sant Pau, especialistas en el cuidado de ancianos, nos ayudan a recopilar las ventajas de contratar un servicio de cuidado a domicilio:
- El anciano permanece en su domicilio. Por tanto, no rompe con sus rutinas y sigue en contacto con sus seres queridos. Los cambios bruscos, la pérdida de intimidad y el no ver gente conocida puede provocar un deterioro cognitivo precoz y un estado de desorientación.
- El cuidador es un profesional sanitario dedicado exclusivamente al cuidado del anciano, que recibe una atención totalmente personalizada. Desgraciadamente, si bien en las residencias también cuentan con médicos y enfermeras preparados, debido a los recortes en sanidad y a las difíciles condiciones en las que trabajan, no tienen los recursos suficientes para ofrecer un servicio de tanta calidad como el que ofrecen los cuidadores.
- Además de ayudar al anciano en sus quehaceres diarios (comidas, aseo, toma de medicamentos), los cuidadores les hacen compañía, les acompañan en sus paseos, les escuchan e intentan motivarlos intelectualmente. En la tercera edad, los estímulos cognitivos y sociales son claves para su salud emocional. A pesar de las limitaciones intrínsecas a la edad, el anciano se siente con cierta independencia y libre, ya que está en su hogar.
- Los servicios a domicilio se adaptan totalmente a tus necesidades: horarios, tipo de asistencia, el cuidador que tú elijas, etc. Todo ello sin perder la esencia: inmediatez, calidad y on-demand.
Aunque llegados a este punto ya habrá quienes no quieran ni oír hablar de una residencia, es muy posible que haya casos de personas mayores que, aunque les gustaría, no pueden plantearse la atención domiciliaria.
¿Por qué una residencia?
Trasladar a un ser querido a una residencia puede ser una experiencia dura, e incluso traumática, pero que en ocasiones no nos queda más remedio que aceptar.
¿Qué hacemos si nuestro familiar mayor sufre una enfermedad mental o requiere unos cuidados físicos determinados que lo hacen depender totalmente de nosotros?
Probablemente, en este caso, no haya debate entre residencia o cuidado a domicilio y haya que recurrir a una residencia. Así que veamos qué nos ofrece esta opción:
- Según el grado de dependencia del anciano, puedes valorar si sería posible ingresarlo en un centro temporal o en un centro de día antes de ingresarlo en una residencia las 24 h.
Así, la adaptación es gradual y hay tiempo de explicárselo con calma para que lo entienda y no se sienta abandonado. - En una residencia, los espacios están adaptados para que, si el anciano va en silla de ruedas, por ejemplo, pueda desplazarse libremente y sin encontrarse obstáculos a su paso que puedan provocar caídas o situaciones incómodas.
- Disponen de duchas amplias para que el aseo diario sea más sencillo. En una casa esto puede complicarse, porque no hay espacio y es posible que se necesiten varias personas para bañarlo, según la corpulencia.
- Los internos están atendidos día y noche las 24 h del día.
Si bien, como hemos comentado antes, en algunas residencias el personal puede ser insuficiente para el número de ancianos y, en ese caso, se puede producir un uso abusivo del pañal, de las sujeciones físicas (para evitar que se caigan o salgan de la habitación) y de los medicamentos (para mantenerlos adormecidos). - Conviven con otras personas de su edad, que pueden tener sus mismos problemas, con los que pueden hablar, distraerse; en definitiva, socializar.
- Las residencias cuentan también con animadores y personal especializado que hará todo lo posible para estimularlos y divertirlos mediante juegos y dinámicas de grupo.
¿En qué casos se recomienda recurrir a una residencia y por qué?
Anteriormente mencionamos que debido a la condición de algunos adultos mayores, la opción de una residencia es la más adecuada. Estos son los casos en los que se recomienda:
- Cuando nuestro familiar tiene un grado muy alto de una enfermedado demencia y necesita unos cuidados excesivos.
- Cuando nuestro familiar necesita espacios adecuados. Las residencias tienen losespacios muy adaptados para personas discapacitadas que van en silla de ruedas, facilitándoles mucho el día a día. Por ejemplo, los aseos son anchos y los pasillos están libres de cualquier obstáculo que pueda entorpecer el paso. Así mismo, las duchas son muy anchas, esto asegura un aseo diario mucho más fácil. En casa es más complicado y más fácil que sufran una caída.
- Cuando nuestro familiar necesita ayuda 24/7. En las residencias, el interno tendrá asistencia sanitaria en cualquier momentoque lo solicite, durante 24 horas, día y noche.
Cuidadores a domicilio: ¿Pueden cuidar en una residencia?
Los cuidadores no solo son para el hogar, también pueden ofrecer sus servicios en residencias, hospitales u otros para evitar que el anciano se sienta solo. De hecho, se comenta que tanto en residencias como en el domicilio, el peor enemigo de las personas mayores es la soledad, por eso una cuidadora de apoyo es la mejor opción.
Es normal que quieras que tus seres queridos estén en las mejores manos profesionales. Por este motivo, contratar atención más personalizada y profesional de manos de un cuidador es una opción excelente.
Debes escoger la cuidadora o cuidador que más se adapte a las necesidades de tus mayores. Él o ella se ocupará de llevar a cabo los cuidados en la residencia o domicilio, velando en todo momento por la seguridad, salud y bienestar de tu familiar.
Una opción alternativa
Además de las residencias y los cuidadores a domicilio, todavía existen más opciones. Entre otros servicios, la teleasistencia domiciliaria tiene una gran implantación. Resulta idónea para personas autónomas que desean continuar en casa pero tener una ayuda inmediata siempre que la precisen.
En otros casos, las personas mayores lo que más necesitan es compañía unas horas al día. La Fundación Amigos de los Mayores es una de las ONG sin ánimo de lucro dedicada a evitar la soledad y aislamiento de personas mayores. Todo esto con el objetivo de mejorar su calidad de vida y autoestima. Para ello, ha creado una red de voluntarios en Madrid y Galicia que realizan tareas de acompañamiento para ofrecer compañía y amistad a personas mayores, tanto en su propio domicilio como en residencias.
Además, existen los centros de día, con servicios pensados para aquellas personas mayores que viven acompañadas pero que necesitan un refuerzo de estimulación cognitiva o física durante el día. Y aún hay más opciones, como los programas de fomento del envejecimiento activo.