Siempre me ha encantado el interiorismo, solía comprarme todas las revistas especializadas que podía y trataba de estar muy actualizada en todo lo referente a temas de decoración.
Tras muchos años en que no era más que un hobby por fin tuve la oportunidad de poner en práctica mis conocimientos al irme a vivir a mi casa familiar en Barcelona.
Llevaba abandonada un tiempo y decidí dejarlo todo y volver a los orígenes, para dedicarme a reformarla y con vistas a alquilarla en un futuro.
Ahora sí que podría hacer uso de todo lo aprendido como gran aficionada al interiorismo. Lo cierto es que la casa, para ser bastante antigua, se conservaba muy bien y con un par de trucos de decoración era fácil darle un toque moderno y elegante.
No obstante, había un elemento que me resultó especialmente difícil y para el que pedí asesoramiento a especialistas en la materia, el patio interior.
Claves para sacar el máximo partido de un patio interior
Veía muchas posibilidades en el patio interior de la casa, pero estaba tan descuidado que entonces era más bien un espacio perdido y nada acogedor. Se me ocurrió convertir el espacio en una prolongación del salón y diseñar un espacio de salón-comedor al aire libre para la temporada de mejor tiempo.
La idea de renovación pasaba, sobre todo, por conseguir un ambiente más cálido y acogedor, para ello lo mejor era jugar con los materiales.
Junto con los materiales, había muchas más posibilidades creativas, como instalar una cubierta que proporcionara sombras, y tratar de sacarle el máximo partido a la iluminación natural.
También me parecía buena idea poner plantas para darle frescor al ambiente y analizar bien la distribución interior del patio, valorando la posibilidad de hacer una fachada acristalada que comunicara el patio con el interior de la casa para dejar fluir la iluminación natural.
Todas y cada una de estas ideas las iba anotando en un cuaderno, ya que la tarea de transformar el patio era todo un reto y quería contrastar opiniones con verdaderos profesionales en interiorismo.
Opté por materiales naturales, y construí una tarima de sintética que le otorgaba al patio un aspecto rústico muy acogedor gracias elementos de madera de roble y un par de pérgolas.
Finalmente, me decidí por poner un toldo, ya que era la mejor forma de definir el espacio, ganar en privacidad y sacar partido del patio en las horas de más sol.
El punto fuerte fue una idea de uno de los interioristas que más me gustan, este profesional tiene mucha influencia de la arquitectura y estilo oriental y me aconsejó para mi patio que hiciera un pequeño jardín de bambú.
Los resultados de la reforma fueron espectaculares, me sentí realmente contenta de cómo había transformado un espacio prácticamente en desuso en un acogedor rincón para descansar, comer y reunirme con familiares y amigos.
Muchos de los que conocían mi casa familiar de siempre no daban crédito de lo mucho que había ganado con la reforma, sobre todo por el efecto de la iluminación natural gracias a la fachada de cristal y al haber ganado espacio derribando varias paredes para conseguir amplitud.
La reforma gustó tanto que una amiga que trabajaba en producción para publicidad me preguntó si podría hacerme una pequeña entrevista de cómo había reformado mi casa y conseguido tan buenos resultados aprovechando al máximo las posibilidades de mi patio interior.
Fue todo tan rápido que el día del rodaje llegó casi sin enterarme, hasta tuve que cubrirme las canas de un día para otro, menos mal que una buena amiga me habló de esta tienda de productos de peluquería online un portal para comprar productos de belleza, entre ellos la línea de tinte natural de L’Oreal, siempre les compro un par de botes por si acaso, por fin llegó el momento en que el hecho de ser tan previsora supuso toda una ventaja.
Gracias a salir en el programa de mi amiga, empecé a hacerme un pequeño nombre como interiorista y, poco a poco me fueron saliendo nuevos clientes.
Quién me diría que sería yo la que terminaría disfrutando de ese pequeño patio interior, aquel especio en desuso de mi niñez reconvertido en remanso de paz. Lo mejor es que transformando ese pequeño patio también llegó mi propia transformación.