Muchas veces, cuando hablamos de saunas, se nos viene a la mente esos lugares de ensueño, con aguas termales maravillosas y masajes para relajarnos. Lugares donde podremos pasar unos días tranquilos, relajados, lejos de la rutina y donde podemos desconectar de la sociedad siempre que lo necesitemos.
Pero, ¿las saunas solo sirven para que nos relajemos? ¿Solo podemos acudir a estos establecimientos cuando tengamos ansiedad o necesitemos un momento de soledad? A veces se nos olvida que las consecuencias positivas que puede tener algo de este calibre en nuestra salud va mucho más allá que mejorar nuestra salud mental.
En este artículo de hoy, leerás todo sobre las saunas y, sobre todo, los numerosos beneficios que aportan a nuestra salud.
¿Qué es una sauna?
Según la RAE, “la sauna es un baño de vapor húmedo a elevada temperatura que produce un rápido y abundante sudor y que se toma con fines higiénicos y terapéuticos”.
Para que nos entendamos, las saunas son esas habituaciones de madera donde vas a entrar a recibir un baño de vapor a alta temperatura durante un tiempo concreto. Normalmente no tenemos en nuestras casas, y menos en España, pero existen empresas que se dedican, o bien a brindar este servicio, o bien a construirte tu propia sauna en casa.
Desde Saunas Luxe – Una sauna, un hogar nos explican que, estos años atrás, cada vez son más personas las que, conscientes de los beneficios que este artefacto provoca en su salud, deciden contratar los servicios de una empresa especializada para construir una sauna en casa.
Hagamos un poco de historia
Se piensa que su origen se remonta a Finlandia, y se cree, además, que su nombre deriva de savuna, que significa el humo. ¿Qué ocurre? Que la expresión “tomar una sauna” simplemente irse a sudar a la habitación de madera, esta expresión va mucho más allá: es un ritual que conlleva, para que lo sepas, la radiación de varios lapsos de transpiración y golpes de vapor, que se producen arrojando agua sobre piedras calientes.
Cuando la sauna apareció en nuestras vidas, ¡era un lugar sagrado! No era un servicio que se prestaba, era un lugar sagrado que se ubicaba en el patio de las casas para uso propio y persona. No fue hasta el S. XX que empezó a construirse junto a los lagos. Cuando esto era así, una sesión a la semana era suficiente, pero no se hacía de forma individual. Como he explicado, la sauna era un ritual, pero era más familiar de lo que te imaginas: en esa sesión semanal, se unía la familia para disfrutar juntos de un tiempo de descanso tras una jornada dura y complicada. Esto era así porque la preparación del calentamiento de recinto resultaba bastante laboriosa. Necesitabas experiencia y paciencia.
Para los finlandeses, tomar una sauna no es solo un baño de vapor, es “purificación”, es revitalización del espíritu. Esto es así porque, hasta la Segunda Guerra Mundial, era donde se daba a luz y se preparaba el cadáver para el entierro.
¿Qué tipos de saunas existen?
Actualmente, las personas han optado por acudir a lugares establecidos, a servicios donde se ofrezca esta posibilidad. No se tiene en casa, pero se puede ir a una empresa que ofrezca la posibilidad de darte un baño de vapor.
Pero has de saber, además, que no todas son de madera y de piedras ardiendo, como funcionaban las antiguas. Hoy, el mundo de la sauna ha evolucionado y puedes encontrar hasta cuatro tipos de saunas diferentes:
- Sauna de leña: es la sauna tradicional. ¿Cómo funciona? Se calienta madera (leña) y piedras a muy altas temperaturas y a niveles muy bajos de humedad. Esta es la original la que se usaba en la antigüedad, y era bastante difícil de encender.
- Sala de vapor: no es exactamente una sauna, pero tiene el mismo funcionamiento. Esta usa vapor, simple y llanamente. Pero, a diferencia de la sauna… el vapor que desprende es un calor húmedo, que aporta beneficios diferentes.
- Calentador eléctrico: una sauna muchísimo más actual. En este caso, se coloca un calentador eléctrico bajo el suelo con, de nuevo, un nivel muy bajo de humedad. El aparatito hará el resto por sí mismo sin que tú tengas que hacer otra cosa más que encenderlo y disfrutar de sus efectos.
- Infrarrojos: otra gran novedad en el mercado. En este caso, esta sauna utiliza lámparas especiales que, como bien habrás supuesto, emplean ondas de luz para calentar el cuerpo de la persona en lugar de calentar todo el cuarto. Suele alcanzar 60ºC (140° Fahrenheit).
Vamos a lo que nos interesa: ¡beneficios de la sauna para el cuerpo!
Aunque no seamos conscientes de los maravillosos beneficios que tiene la sauna para nosotros, lo cierto es que no te imaginas la cantidad de cosas que puede hacer por nosotros.
- Por supuesto, reduce los niveles de estrés
Quedarte un buen rato en una sauna sentado, tranquilo, con el vapor caliente haciendo sudar tu cuerpo… es una de las mejores cosas para relajar los niveles de estrés y la ansiedad a la que más del 60% de la población está sometida a diario.
Un baño de vapor puede ayudarte a eliminar esos picos de estrés y ayudar a relajarte mucho más que si tan solo te tomas una pastilla para los nervios. Es mucho más natural y mil veces más efectivos que los remedios químicos.
- Aliviar el dolor muscular y articular
¿Sabías que los baños de vapor ayudan a reducir el dolor muscular y, además, mejora el movimiento articular? En consecuencia, también alivia el dolor de la artritis.
El aumento de la circulación puede ayudar a reducir el dolor muscular, mejora el movimiento articular y alivia el dolor de la artritis (inflamación de las articulaciones). La artritis, por desgracia, cuando llega a cierto nivel de desarrollo no mejora. Pero tener una sauna en casa puede ayudarte a mejorar muchísimo el dolor.
- Mejorar la salud cardiovascular
Esto viene de la mano con la reducción del estrés. Por si no lo sabéis, enormes y elevados picos de estrés y ansiedad puede derivar en enfermedades cardiovasculares (hablamos, incluso, de cosas como ataques al corazón). Por lo tanto, esta enfermedad no es algo que debamos tomarnos a la ligera, ni muchísimo menos.
Pero los baños de vapor, al relajarnos, ayudan a que las enfermedades cardiovasculares no lleguen siquiera a producirse. De hecho, un estudio finlandés reveló que aquellos que tomaban una sauna de cuatro a siete veces por semana tenían un 63 % menos probabilidades de experimentar un paro cardiaco y 50 % menos de morir de enfermedad cardiovascular que los que solo acudían una vez por semana.
- Alivia el asma
Dado que el calor abre las vías respiratorias, la sauna es capaz de aliviar tanto esta como muchas otras enfermedades respiratorias. Los músculos de los bronquios se relajan por el calor y se reduce la flema y el ahogo.
- Ayuda a que el insomnio desaparezca
Cuando sales de una sauna, tienes una sensación de aplomillamiento que casi parece que no has dormido en mil años. Esto sucede porque todo tu cuerpo se relaja con el vapor caliente de la sauna, tus músculos, tu mente y todo lo que eres. La sensación física tras el baño de vapor te llenará de una paz difícil de igualar con otra cosa.
Por lo tanto, ¡es el momento de ir a la cama! De hecho, el 90 % de los fineses te asegurarán que duermen mucho mejor cuando se han dado una sauna.
- Limpia la piel profundamente y mejora la circulación
El calor ayuda a muchas cosas: entre ellas, a limpiar y depurar nuestra piel. Esto es así porque el calor abre los poros, aumenta la irrigación sanguínea de la piel y facilita la eliminación de impurezas.
Pero hay que saber usarlas como es debido: contraindicaciones de uso
A pesar de que la sauna es muy buena y beneficiosa, hay que tener en cuenta que no vale para todo tipo de personas. De hecho, para algunas personas puede ser mucho más perjudicial que otra cosa.
¿Quiénes no deberían tomar una sauna?
- Los bebés.
- Las personas con enfermedades graves o con heridas abiertas.
- Problemas de corazón como infarto de miocardio.
- Problemas venosos (porque la sauna abre las venas).
- Varices en fase aguda.
- Problemas de circulación cerebral, trombosis, estados tras haber sufrido infartos cerebrales (por lo mismo, la circulación sanguínea tras la sauna).
- Tensión arterial muy baja.
- Hipertensión arterial de origen renal.
- Enfermedades inflamatorias agudas internas como hepatitis y nefritis.
- Glaucoma.
- Hipertiroidismo.
- Tumores.
- Enfermedades infecciosas como hongos.
Y, por último, algunos consejos para tu propia seguridad cuando uses las saunas
- Las sesiones deben ser cortas: de 15 a 20 minutos.
- Observa cómo te sienta. Si te sientes mareado, con náuseas o empiezas a sentirte incómodo, sal de la sauna inmediatamente.
- Mantente hidratado.
- Trae a un amigo o miembro familiar contigo en caso de que ocurran problemas.
- Quítate las joyas, porque pueden calentarse muy rápidamente y causar irritación o quemaduras en la piel.
- Protege tu cabello con una toalla o gorro de ducha.
- Vístete con ropa suelta, un traje de baño o una toalla, ya que la ropa pesada puede provocar sobrecalentamiento.
- Descansa y refréscate después. Acuéstate o siéntate por lo menos 10 minutos, luego dúchate con agua fría para ayudar a que la temperatura de tu cuerpo vuelva a niveles normales.