Cuando alguien va a alquilar o a comprar una casa, se fija absolutamente en todo lo que la conforma: cuántas habitaciones tiene, la amplitud del salón, si tiene escaleras peligrosas para el primer piso o son cómodamente accesibles, si tiene placa de ducha o baño, el color de las paredes, cuántos enchufes tiene…
Las posibilidades son infinitas, porque todos queremos la mejor casa posible y que esta vaya acorde con nuestro poder adquisitivo, además de que esta se adapte a nuestras necesidades, por supuesto.
La dificultad actual para alquilar una casa
Todos estamos al tanto de la realidad: hoy día, nos resulta cada vez más complicado dejar la casa de nuestros padres y aventurarnos en lo que supondría alquiler una casa.
Contradictoriamente a lo que he escuchado decir a muchos padres y adultos, la realidad de este problema no radica en las ganas de los jóvenes adultos de irse de casa o de tomar responsabilidades… sino de la escasa posibilidad laboral que tenemos hoy día.
Hagamos un momento una pequeña regresión al pasado y veamos la evolución que ha tenido el alquiler para los jóvenes adultos.
Es bueno saber que, hace tan solo diez años (justo antes de que estallase la crisis tan gorda que hemos padecido), siete de cada diez jóvenes tenían una casa propia (en propiedad). Esto, por desgracia, ya no es así. Con el paso de los años, y cito textualmente de un estudio estadístico: “el porcentaje de jóvenes con vivienda en propiedad ha pasado del 58,1% al 26,5%. Al contrario, el alquiler ha crecido del 28,4% al 48,9%.”
¿Qué significa esto? Que, mientras hace diez años la mayoría de los jóvenes podían acceder a la posibilidad de tener una casa en propiedad, hoy día esto resulta prácticamente imposible. ¿Por falta de responsabilidad laboral? ¿Por la comodidad de que los padres le hacen todo cuanto ellos necesitan para sobrevivir?
¡Ninguna de las dos! El problema es doble, pero no es este:
- La subida de precio de la vivienda
- La dificultad de conseguir un empleo (seguido de conseguir un empleo con buenas condiciones económicas).
Yo misma he sido testigo, en propias carnes, de cómo un adulto de mi más íntima cercanía y confianza me decía que no me esforzaba lo suficiente para conseguir un trabajo, que no echaba CV y que no me movía, porque había visto ofertas en Mercadona de que buscaban personal. Esto iba unido, por supuesto, a que no tenía casa propia.
A esto se enfrentan todos los días miles de jóvenes adultos muy, muy frustrados que desean ser dueños de sus vidas, tener casa propia y poder seguir adelante con la estabilidad que merecen. A pesar de ello, se les pone tantísimas trabas (y además de ello, se les echa constantemente a ellos mismos las culpas de su situación) que muchos de ellos han empezado a padecer estrés y ansiedad por no poder realizarse como persona, algo que todos tenemos el derecho de sentir.
Hipotecas y ayudas al alquiler
Por fortuna para vosotros, os será de gran ayuda saber que, en la actualidad, existe una pequeña variedad de ayudas a las que podéis optar para que esto sea mucho, mucho más sencillo para vosotros, y os las vamos a explicar.
Como adulta joven, entiendo perfectamente la ansiedad a la que os habéis visto sometidos por no poder encontrar trabajo, por no poder alquiler viviendas y, además de todo esto, tener que enfrentaros a las duras críticas de la familia y personas que os rodean, quienes os culpan de esta situación a diario. Y, por ello, os quiero ayudar.
Ayudas locales al alquiler
Te aconsejo que vayas por jerarquía, de menos a más. Es decir, que escales. Es evidente que puedes optar por cualquier ayuda, pero, para no dejarte ninguna, empieza echando las ayudas que pueda ofrecerte tu propia localidad y, a partir de ahí, sube hacia organismos más elevados y que abarquen más terreno.
Te sorprendería saber que, a veces, el ayuntamiento de nuestra ciudad nos puede ayudar no solo en el alquiler, sino en el día a día.
Acude al organismo de tu comunidad autónoma
Por ejemplo, en mi caso es la Junta de Andalucía. Y, si buscas las ayudas económicas que puedes obtener de ella, te sorprenderá saber que son unas cuantas. Vivas en la comunidad autónoma en la que vivas, consúltalo.
Muchas veces estamos tan frustrados porque no somos capaces de conseguir nuestros objetivos que no miramos los medios que tenemos a nuestro alcance. ¡Y pueden ser más de los que te imaginas! Por eso, una vez acudas a tu ayuntamiento, entra en la web de tu comunidad autónoma y echa un buen vistazo.
Lo has adivinado: ahora, consulta las ayudas del Gobierno de España
Nuestro Gobierno puede darte ciertas facilidades que ni siquiera sabías o te habías planteado. Y esto ocurre porque no es muy común en nosotros que nos levantemos y comencemos a investigar en la página del Gobierno sobre cómo pueden ayudarnos. Normalmente, lo que hacemos es buscar viviendas baratas. Punto.
Pero, como digo, se nos olvida que podemos optar a ciertas ayudas de ciertos niveles que pueden facilitarnos muchísimo el acceso a la vivienda. Y, aunque en un principio solo contemos con esa ayuda, siempre es mejor que estar estancados en el mismo sitio y ni siquiera moverse para encontrar ayuda, ¿no te parece?
Busca, rebusca… y encuentra.
Hipotecas
El Banco de España lo define como “un préstamo cuyo pago está garantizado por el valor de un inmueble”. Básicamente, es un préstamo que irás pagando mes a mes para poder comprar esa vivienda… siempre con un aval (que suele ser una nómica, ya sea tuya o de un familiar que te haga el favor).
Datos de gran interés que normalmente se ignoran: ¿sabes qué tienes que contemplar cuando entrar a ver una casa para alquilarla?
Cuando uno ha quedado por primera vez con un arrendatario para poder ver una vivienda para alquilarla, nos embarga la ilusión y la emoción. ¡Y esto es muy bueno, porque significa que estamos vivos! Muchos tenemos tantísimas ganas de irnos de casa y empezar a hacer nuestras vidas que vamos con una enorme sonrisa a ver a estas personas… y vemos el cielo abierto nada más escuchar las palabras mágicas: ¡podemos quedarnos en ella si queremos!
¡¡Ahora viene el enorme pero!!
Tienes que tener mucho cuidado cuando vayas a ver una casa, porque muchas veces, que un alquiler esté MUY barato y NO se haya alquilado antes… no es casualidad. Nuestra emoción puede cegarnos y no dejarnos ver ciertos problemas a los que tendremos que enfrentarnos si no escogemos la casa correcta.
Yo, como persona que se mueve mucho y viaja, he pasado por estos errores y he aprendido mucho de ellos. Tanto, que ahora miro y remiro tres o cuatro veces la casa antes de dar un “sí” definitivo y, aunque tengo ganas de irme a otro sitio, prefiero esperar a encontrar una buena que tener que enfrentarme a problemas tan graves como contraer enfermedades. ¡Lo cual puede ocurrir si no lo contemplan bien!
Vamos a decirte alguna de las cosas que has de comprobar dos o tres veces antes de atreverte a dar el gran salto al alquiler de una vivienda:
- Luminosidad. Puede parecer una tontería, pero cuando entras en una casa y el ambiente es oscuro, afecta a tu salud mental. Yo he estado en 3 casas interiores (casas de vecinos) y no me entraba luz, y el ambiente era muy triste, casi deprimente. Una casa necesita luz y ventilación. Necesitas poder abrir la casa y que te entren los rayos del rol, que se pueda ventilar correctamente.
- Humedades. Esto viene de la mano con la luminosidad y la ventilación. Porque las humedades se forman en ambientes cerrados y húmedos y, si no puedes ventilar la casa a diario, es altamente probable que puedas enfrentarte a las terribles humedades (y, por si no lo sabes, el contacto prolongado con humedades puede empeorar tu salud cardiorrespiratoria).
- Electrodomésticos funcionales. La última casa que alquile era tan solo de 300€… pero era una trampa mortal: la lavadora no tenía toma de tierra (electrificación al cante, porque encima estaba en el cuarto de baño y este se empapaba al ducharnos), el cable del horno de gas pasaba por detrás del horno… y era de plástico (explosión inminente), los enchufes se caían a cachos… ¡Era una trampa para matarnos! Y, aunque se fueron arreglando, has de tener todo esto muy en cuenta al alquilar una casa.
- ¿Gas o eléctrico? Parecerá una tontería, pero una de las cosas que has de preguntar es cómo funciona la cocina. Porque si es todo por electricidad, no has de comprar bombonas de butano. Y si también hay gas, tendrás que añadirlo a la lista de cosas que has de comprar mensualmente.
Otras opciones son posibles: también puedes optar por una reforma, si la casa es buena y solo tiene dos o tres desperfectos
Pero no te agobies: que una casa tenga un par de humedades no significa que no sea habitable. Lo que has de corroborar es que no sea un completo desastre al completo. También puedes coger una ganga y contratar a un profesional de la reforma que te haga un par de apaños y, así, quedarte con una casa asequible pero mejorable.
Desde Reforma La Casa quieren advertir a estos jóvenes que muchos de estos problemas tienen solución con una buena reforma hecha a tiempo… y que, aunque una casa tenga uno o dos problemas, siempre es bueno tener la opinión de un profesional antes de dar un “no” rotundo. A veces, una pequeña reforma puede solventarte algún problema.