Soy francesa y cuando me casé hace cinco años, nos fuimos de viaje de novios a Cádiz, ¡y fue un auténtico flechazo! Quedé prendada por la belleza y luminosidad de esta maravillosa provincia, y a partir de entonces cada año mi esposo y yo alquilábamos allí para veranear una casa en uno de sus magníficos y típicos pueblos blancos.
Ahora bien, al gustarnos tanto la zona, nos hemos al fin y al cabo decidido por comprar una vivienda allí. Pero como vivimos en Francia, nos hemos dirigido –para que nos lleven las distintas transacciones– a la agencia Confía-T, una empresa ubicada en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Se trata de un despacho de asesores inmobiliarios que se dedican a buscar y encontrar la mejor propiedad, al mejor precio y sujeta a las mejores condiciones para el comprador. Ellos son los que se encargan de negociar el precio del bien para el cliente ante los vendedores y sus agentes. Asimismo, son ellos quienes se ocupan de que todo fluya correctamente y adecuadamente a lo largo del proceso con cada una de las gestiones necesarias hasta el cierre de la compraventa, e incluso más allá si el cliente tuviera que necesitar sus servicios para la mudanza, reforma, doméstico, etc., añadieron. ¡Unos profesionales estupendos que te facilitan la vida! Creo que todo ello, junto a la caída de los precios de las viviendas en España, fue lo que nos decidió a comprar casa en esta bonita provincia. Tú les informas del presupuesto del que dispones, te encargas de explicarles el tipo de casa que te gusta, las características que quieres que tenga, y ellos se encargan de buscártela, de averiguar si no hay vicios ocultos o si pudieran surgir problemas en el futuro. De tal forma que a ti, no sólo te permiten ahorrar dinero, sino también tiempo y desplazamientos. ¡Un lujo! Por otra parte, también se ocupan de los trámites de financiación. ¡Y tú tranquilito en tu casa! ¿Qué me dices de ello? ¡Es genial! ¿Verdad? Nosotros desde el primer momento les dijimos que lo que buscábamos y queríamos ante todo era una típica casa blanca gaditana con su patio interior. Nos guiñaron del ojo…
Cádiz, eres tan guapa y tan niña…
Ay, Cádiz… eres tan guapa y tan niña, como dice la letra del famoso y melancólico pasodoble, que a primera vista me enamoré de ti. Me subyugaron tus preciosos pueblos blancos a orillas del mar, pasando por Tarifa hasta Sanlúcar de Barrameda. Escuché alucinada a tu gente con su alegría y sus ganas de vivir, admiré durante horas tu espléndida bahía, y me apasioné por tu tremenda y rica historia. Me cautivó tu bellísima y orgullosa capital homónima quien en sus murallas guarda celosamente, como una madre a su hijo, su cultura y tradiciones. Es tan diversa la provincia de Cádiz, que todas sus comarcas son dignas de interés y se merecen una visita, desde la campiña de Jerez de la Frontera hasta sus pueblos del Campo de Gibraltar. Al ser la provincia más meridional de la Península Ibérica, se encuentra por lo tanto a tan sólo catorce kilómetros del continente africano. ¡Es impresionante y alucinante! Pero no sólo quedé prendada por la belleza de tus paisajes y por la amabilidad de tu gente, sino también por tu sabrosa y variada gastronomía. Tus suculentos productos del mar y de la sierra, tu deliciosa repostería en la que quedó impregnada tu herencia árabe, como por ejemplo en las Tortas Chiclaneras, los alfajores y dulces navideños de Medina, los tocinillos de cielo de Jerez, los Amarguillos de Grazalema, etc., me encantaron.
Con tan sólo nombrarlos ¡se me llena la boca de agua! Y, para acabar, ¿quién no conoce al famosísimo vino de Jerez? A ver… ¡Nadie! Yo, a pesar de ser francesa y del norte (una región conocida por la inclemencia de su clima), no actúo sin embargo como algunos turistas que sólo vienen a España para disfrutar de playa, sol y sexo a bajo coste. ¡Eso me pone de los nervios! A mi marido y a mí nos encanta Andalucía precisamente por su autenticidad y miles de maravillas que esconde. Por esa misma razón, decidimos comprarnos casa en la provincia de Cádiz, y nos dirigimos para asesorarnos en lo que se refiere a nuestro proyecto inmobiliario a la empresa Confía-T, la cual –por cierto– parece haya encontrado por fin lo que buscábamos. Ya falta poco para el verano. ¡Qué ganas tengo!