Acaba de entrar la primavera y en breve, como aquel que dice, llega el verano, y con ello los días de sol, días de “urba”, playa y piscina. Llega la época del año en la que la gente más disfruta gracias al buen tiempo, éste nos da la oportunidad de aprovechar la cantidad de horas de sol en familia y con amigos, ya sea saliendo de terracitas a tomar unas tapas, unas cervezas, o unos helados, el buen tiempo es sinónimo de positivismo y alegría. Como dicen la primavera la sangre alterna, por regla general la gente está más alegre y sencillamente esto es porque tenemos más horas de luz y mejor tiempo para hacer más planes.
Sobre todo en verano, vivir en la costa es todo un privilegio ya que gozamos de playa sin desplazarnos, y dependiendo de la comunidad se puede disfrutar de una gran cantidad de playas con bandera azul como así sucede en la valenciana. Más difícil lo tienen los que viven más hacia el interior y que tienen que desplazarse a otras localidades para disfrutar de esos días de playa en los días de vacaciones, de todos es sabido que la costa alicantina se llena de madrileños cada vez que tienen unos días de sol libres.
Pero no nos olvidemos de que también existen las piscinas, un lujo que tampoco todo el mundo puede permitirse ni mucho menos, pero quienes gozan de ellas pueden dar buena cuenta del privilegio que supone. Son muchas las personas que prefieren la piscina a la playa, les gustan más los días en la urbanización huyendo de la roca o la arena y disfrutar de un buen baño sin aguantar el salitre del mar.
Ya sea en urbanizaciones o en casas particulares disponer de una piscina no solamente conlleva una serie de obligaciones de mantenimiento, también una serie de ventajas como las que comentábamos anteriormente de las que es una lástima prescindir cuando se acaba el verano. El que más y el que menos conoce a alguien, sino él mismo, que tiene una piscina y que sabe del mantenimiento de ésta. Las piscina requiere de una limpieza constante, hay que retirar los bichos y restos de las inclemencias de la naturaleza que caen en ella constantemente, para ello muchas veces se recurre a una lona para cubrirla, hay que tener una depuradora que mantenga el agua limpia, mantener los niveles de cloro adecuados…Mucha gente opta por lonas para cubrirlas y así tener que limpiarla menos, pero esto puede ser un peligro puesto que alguien puede caer y tener problemas con la lona, por eso muchas veces hay que rodea la piscina con una valla, para evitar peligrosas caídas, y por otra parte están los que directamente en invierno o si no tienen planeado utilizarlas, las vacían para evitar mantenimiento y ahogamientos.
La piscina no es solo para el verano
La consecuencia de todo esto es que muchas veces se disfrute menos de la piscina de lo que se podría. Como nos indican desde Pipor, tanto para favorecer el mantenimiento y su limpieza, como para poder utilizar la piscina en épocas del año menos calurosas, una muy buena opción es la de cubrir las piscinas con cubiertas especialmente pensadas para ellas. Hay más fórmulas de las que podríamos pensar en un principio para cubrir las piscinas que se adaptan a todo tipo de necesidades. Se puede optar entre una gran variedad de sistemas, entre ellos las cubiertas mini o baja telescópicas, las cubiertas altas, fijas o no, con apertura lateral, apertura central…. Todas ellas nos permiten disfrutar de las piscinas todo el año, independientemente del tiempo que haga y de sus inclemencias, haga frío, llueva o truene.
Al final, como siempre, se trata de disfrutar todo lo que podamos. Ya sea en la playa, rebozándonos en arena por propia elección o por la del niño que tenemos al lado haciendo castillos en la arena y bañándonos en su agua salada, o ya sea en la piscina de la urbanización propia o de un amigo, o en la del chalet, bungalow o adosado, no podemos dejar pasar la oportunidad de absorber vitamina D y bañarnos como peces en el agua.