¿Estás pensando en reformar tu hogar para actualizarlo o simplemente para ponerlo más a tu gusto? Pues tenemos un consejo que deberías seguir a rajatabla y cuyo gasto es conveniente que lo tengas ya en cuenta para sumar al presupuesto de la obra: vete a un hotel durante los trabajos. Yo no lo hice durante mi primera reforma y fue mi prioridad en esta última. Me fui al Bòria BCN y me evité los quebraderos de cabeza de la otra vez.
Como os decía, durante la primera reforma que hice a un piso al que me trasladé en la Ciudad Condal desde mi Galicia natal cometí el error de querer ahorrar al máximo y quedarme en casa mientras los obreros trabajaban en ella. Llegamos a un acuerdo por el que iban trabajando de habitación en habitación, de manera que yo podía dormir en la mía y luego pasarme a otra cuando le tocase el turno a mi dormitorio. Asimismo, al tener dos baños, harían de uno en uno para que siempre hubiese uno habilitado.
En la práctica la idea parecía estupenda, pero lo cierto es que lo único que hacía era enfadarme todos los días, y cada vez me sentaban las cosas peor. Al principio los obreros se cortaban bastante porque se daban cuenta de que al estar yo allí lo podía observar todo, pero con el tiempo se fueron relajando y veía cosas que no me parecían normales, y además se saltaban todas las normas que yo había puesto, de ahí que recomiende siempre a todo el mundo que lo mejor que puede hacer es irse de hotel durante las obras, porque como dicen por ahí, ojos que no ven, corazón que no siente.
Al cabo de unos días, estos obreros comenzaron a saltarse la prohibición de fumar en casa. Al principio bajaban al portal y allí se echaban el cigarro, pero luego, creyendo que yo no me daría cuenta, se metían en alguna habitación y echaban el humo por la ventana. Si no fumas, esto se nota, el olor no pasa desapercibido. Y además impregna paredes y techos, llegando incluso a cambiar el color de la pintura hacia el amarillo, y lo que es peor, afectando incluso a la salud.
También iban los primeros días a comer de menú en un bar, pero después decidieron que mejor se traían el tupper a mi casa y comían allí. No para ahorrar tiempo, sino dinero, porque realmente se quedaban en el salón de mi piso como si fuese un restaurante, de charla, mientras yo prefería ese momento de soledad para poder descansar o incluso dormir. Eso en el mejor de los casos, porque yo lo pasaba peor cuando les daba por usar mi microondas para calentar sus comidas, que tenían unos olores superfuertes y que además se combinaban entre ellas tras calentar un tarro tras otro.
Tampoco tuvieron nada de cuidado con mis cosas. Yo había dejado toallas sin guardar para poder usarlas durante la obra y ellos decidieron apropiarse de ellas. Esto fue especialmente doloroso porque algunas de ellas estaban bordadas por mi madre con mi nombre. También destrozaron mi escoba, mi recogedor, el aspirador, la escalera… Y hubo un momento en que me di cuenta cuando recogían de que se iban a llevar parte de mis propiedades, dando ya por hecho que de tanto usarlas eran suyas.
Y el tema de la calefacción fue otro que me hizo estallar. Por un lado yo daba por hecho que iba a pasar frío en casa si había la obra durante los meses de otoño e invierno, ya que había que retirar los radiadores para poder pintar por detrás. Pero cuando los hubieron colocado todos les dio por poner la calefacción a tope porque decían que así se secaba antes la pintura, y yo solamente pensaba en la factura de gas que vendría después. Y que vino, claro está, mi bolsillo puede dar fe.
Tardé tiempo en olvidar esta mala experiencia. Creedme, es mejor ir a un hotel que acabar con el cuerpo destrozado por la mala leche y los nervios.
El Bòria BCN, un remanso de tranquilidad mientras mi casa era un zafarrancho de combate
El apartahotel Mercer Bòria BCN fue el lugar que yo escogí para trasladarme con mi familia mientras las obras duraban en mi casa. Se encuentra ubicado en Barcelona centro y dispone de un total de 11 amplias y luminosas estancias entre las que el cliente puede escoger habitaciones de distintas categorías y apartamentos turísticos tipo loft. Un edificio con carácter y siglos de trayectoria, ubicado en pleno barrio de mercaderes medievales, acoge hoy una de las experiencias hoteleras más singulares y satisfactorias de Barcelona. Mercer Bòria BCN es una opción ideal para acomodarse con la familia durante unas semanas y a la vez sentir intensamente el latido de la zona más cosmopolita y atractiva de la ciudad de Barcelona.
Mercer Bòria BCN dispone de 11 amplias y luminosas estancias. Sus habitaciones dobles superiores, lofts, suites, suites superiores y su gran suite se encuentran en un barrio de profundo poso histórico y cultural, y a la vez con una actividad vibrante y una gran vocación de modernidad. A pocos metros el viajero encontrará el barrio de El Born, con edificios tan relevantes como la iglesia de Santa María del Mar, el Museo Picasso o el mercado de Santa Cate- rina, al lado de las tiendas de moda más actuales. Es un entorno de encanto especial, calles con sabor y una gran vitalidad.