Las joyas son uno de los regalos más especiales que podemos hacer a un ser querido; sin embargo, en ocasiones no es la mejor elección. Puede ser que la persona agasajada no comprenda el mensaje o que no sea la situación adecuada. Te comentamos cuándo es el momento de regalar joyas y cuando no.
La grafóloga mexicana Meryfer Centeno indica en la revista Infobae que las joyas son el regalo supremo. Son la cúspide de los regalos. Denotan un interés superior por la otra persona. El valor del regalo no hace referencia a su precio, sino al significado social que le hemos dado a este tipo de objetos. Una joya implica durabilidad. Un diamante es para siempre. Por tanto, regalar joyas representa un sentimiento profundo y duradero. Una relación estable en el tiempo.
La joya refrenda un compromiso. No tiene por qué referirse al amor de pareja. Puede ser amor filial, amistad o el reconocimiento de una relación fiel en el tiempo. Hay compañeros de trabajo que regalan a otro compañero una placa, de plata o de oro, grabada, o un reloj cuando va a jubilarse o cuando cambia de destino.
Lo que sí debe estar claro es que ese sentimiento ha de ser recíproco. La persona que recibe la joya debe sentir algo parecido por quien la regala. De lo contrario, puede sentirse abrumado por el obsequio y rechazarlo.
El momento a la hora de regalar joyas también es importante. Este regalo expresa un sentimiento especial, y puede ser que la otra persona no quiera que ese sentimiento se haga público de cualquier manera.
Hay mujeres que prefieren que les regales el anillo de compromiso en una situación romántica e íntima, y después mostrárselo a sus familiares y amigos, que montar el espectáculo en un restaurante abarrotado de gente.
Estas son algunas situaciones en las que regalar joyas y otras en las que no.
¿Cuándo regalar joyas?
Los dependientes de Serrano Joyeros, una cadena de joyerías abierta desde 1947, cuentan que el regalo de joyas en España está ligado a las tradiciones. Hay eventos especiales donde los protagonistas lucen joyas que son regaladas por sus familiares. Son las bodas, bautizos y comuniones.
En las bodas, por ejemplo, aparte de las alianzas, la novia suele lucir gargantillas, pulseras y pendientes que son regalo de su familia. Lo mismo sucede con el novio, que lleva reloj y gemelos, regalo de sus padres.
Además de los eventos especiales, estos son otros momentos indicados para regalar joyas:
- Fechas señaladas. Hay determinadas fechas fijadas en el calendario que son un momento adecuado para regalar una joya. Es, por ejemplo, San Valentín, el Día de la Madre o el día del padre. Luego, cada familia o pareja tiene sus conmemoraciones particulares. El aniversario de boda o cuando la pareja inició su relación, las bodas de plata, las bodas de oro, la fiesta de los 15 años, en las familias latinas, etc.
- A un miembro de tu familia. Regalar una joya también puede ser un detalle especial para reconocer un logro conseguido por un ser querido. Son, por ejemplo, las graduaciones. Cuando nuestro hijo ha terminado sus estudios o ha conseguido un trabajo especial. En España, los abuelos suelen regalar pendientes o esclavas a sus nietos recién nacidos, con independencia de que se vayan o no a bautizar. El intercambio de regalos en la familia suele ser otro momento indicado. Es el caso de los regalos de Navidad. Si quieres tener un detalle especial con tus padres o con tu pareja, les puedes sorprender con una joya.
- Para formalizar una relación. Es ley de vida que las relaciones de pareja vayan evolucionando a un mayor compromiso. No tiene que ser casarse. Puede ser que la pareja decida irse a vivir juntos o que lleven su relación a un nivel superior. Regalar una joya es una manera elegante de sellar ese avance. De todos modos, si no hay una boda en el horizonte, siempre es recomendable no regalar un anillo. Estas joyas tienen su significado específico.
Lo que debemos tener en cuenta en estos casos es que las joyas tienen un valor especial. No debemos regalarlas por sistema. Si lo hacemos, perderán ese significado extraordinario.
¿Cuándo no se debe regalar joyas?
La revista de estilo de vida G.Q. advierte en un artículo cuáles son los momentos en los que no es adecuado regalar joyas. Son los siguientes:
- Después de una discusión de pareja. Regalar joyas después de haber tenido una pelea con nuestra pareja es de mal gusto, aunque la trifulca se haya solucionado de manera amistosa. Este gesto deja el mensaje de que puedes comprar el perdón de la persona ofendida con un regalo costoso. Una acción que no expresa arrepentimiento ni reconciliación, por nuestra parte. Si hemos superado un bache regalando una joya, estás indicando que la situación se puede repetir y que la solucionaras de la misma manera.
- Por compromiso. Una joya debe ser un regalo sincero. Regalar una joya a nuestro jefe, a nuestro profesor o a nuestro director de tesis se puede entender como una especie de gratificación encubierta. Un detalle que espera una contrapartida no oficial. Esta acción puede que empeore nuestra relación con el agasajado y con nuestros compañeros de trabajo. Otra cosa es si participamos en un regalo colectivo, como puede ser un regalo a un compañero que acaba de ser padre.
- A una pareja que no es seria. Regalar una joya a una chica o a un chico que nos gusta, pero con el que no hay una relación estable, es añadir un nivel de presión a la otra persona que puede asustarla. Si no hay nada serio entre los dos, la otra persona no estará esperando ningún regalo y menos algo tan caro como una joya. Si estamos interesados en la otra persona, recuerda que el sentimiento debe ser mutuo. No existen palancas en el amor para forzar voluntades.
- Cuando se sale del presupuesto. Una joya es un regalo caro. Si tiene un poco de calidad, requiere un esfuerzo económico por nuestra parte. Debemos valorar bien a quien le hacemos este regalo y el sacrificio que nos va a suponer. Endeudarnos para regalar una joya en una relación que no tiene perspectivas de continuidad es una acción contraproducente. Si lo hacemos, es probable que nos acordemos de la otra persona con el tiempo, pero no en sentido positivo. No vale la pena incurrir en errores que terminaremos achacándonos con el tiempo.
Cuestiones que debemos valorar al regalar joyas.
Puede que regalar una joya nos haga ilusión. Fantaseamos con la expresión que va a poner la cara de la persona agasajada cuando reciba el obsequio. Aun así, no debemos olvidar que las joyas son complementos personales. Regalar joyas implica tener un conocimiento de los gustos de la persona que va a recibir el regalo. A nadie le gusta gastarse el dinero en una joya que va a quedar guardada en un cajón de la mesita de noche. Que puede que nunca se llegue a lucir.
Regalar joyas implica pensar más en la otra persona que en nosotros mismos. No es fácil. No es acudir a una joyería y decirle al dependiente: “querría que me enseñara unos pendientes para mi novia”. Debes tener en cuenta cuál es su estilo estético personal. Cómo le gusta vestir. Qué complementos lleva. Cuándo se pone las joyas. Qué tipo de joyas luce.
Debemos tener en cuenta qué mensaje queremos transmitir y en qué ocasión vamos a hacer el regalo. El contexto es importante.
Si hay un intercambio de regalos en la oficina y hay una compañera de trabajo con la que has empezado a salir, no la puedes sorprender con una joya con un valor más caro que el resto de regalos que se hacen ese día. No es el lugar adecuado.
Mejor espérate a la noche, llévala a cenar a un restaurante romántico y exprésale tu amor en la intimidad.
Recuerda que cada joya tiene su significado. Hemos visto como culturalmente los anillos representan compromiso, sobre todo si se regalan a la pareja.
Las pulseras implican una conexión emocional. Una sinergia espiritual con la otra persona.
Los pendientes se llevan utilizando desde la antigüedad y han tenido siempre un valor de reconocimiento. En algunas tribus, los aretes de las orejas representaban un estatus social. Entre los marineros, los aros señalaban las hazañas que se habían llevado a cabo: pasar por el cabo de Buena Esperanza, por el Estrecho de Magallanes o haber dado la vuelta al mundo. Hoy estas joyas se usan para realzar la belleza o como amuleto que atrae la prosperidad o la buena suerte.
Regalar un collar tiene un fuerte componente sensual. Sobre todo si quien lo regala despeja la nuca de la agasajada y cierra el broche por la espalda. El colgante del collar caerá cerca de su pecho.
Las joyas están cargadas de simbolismo. No olvides que al regalar joyas es más importante el mensaje que transmites que el precio de la joya comprada.