Ante algún contratiempo que se nos presente en la vida, solemos decir que la vida da muchas vueltas, y es verdad, lo que en un momento dado de nuestra vida algo nos parece extraordinariamente bueno, pasado un tiempo puede ya no gustarnos, no servirnos o simplemente habernos cansado. Esta misma frase o este mismo principio podemos aplicarlo, salvando las distancias, a nuestra vivienda. Suele ocurrir que cuando iniciamos nuestra vida de adultos, por lo general y al menos en nuestro país, lo que deseamos es independizarnos y comprar una vivienda que imaginamos será para toda la vida. Se inicia la búsqueda de la mejor opción y visitamos varias viviendas hasta que, por fin, aparece una que nos enamora y tras sopesar los pros y los contras estaremos en condiciones de decidir si este será nuestro hogar para toda la vida.