Calentar la casa en invierno

shutterstock_1814178647(FILEminimizer)

Con el frío que no da tregua y con los costes energéticos cada vez más disparados, mantener la casa caliente en invierno se convierte en un dolor de cabeza para muchos españoles. Es por ello que desde este artículo vamos a ofrecer algunos pequeños trucos que nos ayuden a calentar nuestro hogar sin dejarnos el sueldo en ello.

Lo principal sería tener una casa eficiente. Para conocer la eficiencia energética de nuestro hogar podemos solicitar un certificado energético, pero ojo, muchas veces el resultado de estos no se ajusta a la realidad así que lo mejor es observar detenidamente todas las características de nuestro hogar seguir algunos pequeños consejos.

Algo ideal sería tener una caldera de gas o de pellets para reducir los costes eléctricos de calentar las estancias. Es conveniente también tener la casa a una temperatura estable durante muchas horas, aunque no sea exageradamente alta, que poner al máximo los termómetros por unos momentos. Además, si tenemos estancias vacías dentro de la casa o que apenas usamos, es bueno cerrar las puertas de las mismas y los termostatos de esas habitaciones, así no gastaremos de más. Asimismo, para este tipo de cuartos, podemos cerrar mejor las puertas con pequeños cojines que se adaptan para que no se escape el calor del resto de la casa por las rendijas.

Antes de que llegue el invierno, algo que podemos hacer para evitar que se marche el calor de la calefacción o de las estufas en el invierno, sería bueno invertir un poco en el sellado y en el aislamiento de nuestro hogar. Por ejemplo, podemos ayudar al sellado de ventanas y puertas de balcones con unas cintas que venden para ello en las ferreterías, se llaman burletes. Si no os queréis mover de casa os recomiendo Maor Ferretería online, donde tienen casi de todo. Son muy baratas, podemos cortarlas a medida de la longitud de nuestra puerta o ventana y así ahorraremos mucho en energía ya que no se escapará el calor. Unas buenas cortinas gruesas también evitarán la pérdida de calor de la casa a través de las ventanas. Podemos encontrar cortinas incluso que tienen un forro térmico para retener el calor y no resultan especialmente caras. La clave de su éxito y de su eficacia se encuentra en el grosor de la cortina. Es más, en caso de no querer adquirir unas nuevas, podemos modificar las nuestras cosiendo este tipo de tela a las ya existentes. En cualquier tienda de retales encontraremos fácilmente este material.

Las cortinas, además de en las ventanas, pueden utilizarse también por detrás de las puertas para evitar que se fugue la temperatura.

No obstante, siguiendo con el aspecto de las cortinas, para aquellas estancias que tienen luz solar y por las que entra el sol durante el día, es bueno dejar abiertas estas cortinas para que la propia luz natural caliente la estancia. Posteriormente, cuando se vaya el sol, procederemos a cerrarlas para mantener el calor. Este es un calor totalmente gratuito, así que es del que más nos podemos beneficiar.

Otra forma de retener el calor es tapar las rendijas y grietas de la casa. Para ello podemos acudir también a cualquier ferretería para comprar una pequeña masilla a la que damos forma fácilmente con la mano. Si nuestra pared es blanca, como comúnmente son casi todas las paredes, será fácil que pase desapercibida. Si no, podemos pintarlas del mismo color de la pared.

Las grietas no son solo las que están en las paredes. A veces en el suelo podemos encontrar también pequeños agujeros por los que se escapa el calor. Si no tenemos forma de arreglarlas, las alfombras nos ayudarán a taparlas y también nos darán una mayor sensación de calor que las frías baldosas.

Como grietas podemos considerar incluso el agujero de la boca del buzón de las cartas o la cerradura de las puertas que dan al exterior. Una pequeña gomita nos ayudará a taparlo por dentro y podremos seguir usándolos.

En cuanto a los radiadores, una buena forma de evitar que se vaya el calor en aquellos que están pegados a paredes cuyo lado anterior da al exterior, es poner papel de aluminio (del común, aunque no es tan eficaz, o en caso de poder gastar un poquito, nos descantaremos por comprar uno hecho especialmente para estos casos) entre la pared y el aparato calefactor para que nos haga de aislante del sistema de calor. Además de evitar que se vaya, tiene un efecto reflectante y lo devolverá hacia la estancia.

Para que el calor llegue a toda la estancia, es recomendable evitar colocar muebles grandes delante de los radiadores, ya que estos impedirán que el calor se irradie por la habitación. Algo diferente es poner algo por encima del radiador, como una tapa, ya que esta ayudará a que el calor no se vaya hacia arriba, algo especialmente preocupante en aquellas casas con techos muy elevados o aquellos aparatos de calefacción que están colocados justo debajo de una ventana.

Por último, podemos apagar los aparatos calefactores durante la noche y aprovecharnos del calor acumulado durante el día, ya que por la noche estaremos tapados y abrigados en la cama.

Más comentados

Scroll al inicio